El “Taita Carnaval” y la conciencia del agua
Es un hecho que América Latina y el Caribe gozan de un privilegio en cuanto a reservas de agua, abarcando el 26% del total a nivel mundial y con algunos de los ríos más grandes del mundo. Este ha sido uno de los factores por los cuales la cultura del ahorro no ha sido cultivada hasta décadas recientes donde la inequidad del agua hablando en términos de calidad y cantidad ha empezado a hacerse visible en algunos países como Colombia, Bolivia y Ecuador.
Actualmente, se habla acerca de la escasez de agua en América Latina explicándola a través de diferentes temas que involucran población en aumento, creciente pobreza, corrupción generalizada, falta de educación en temas de consumo y uso de agua, industrias no regularizadas, agricultura poco sostenible, entre otros. Sin embargo, en el caso ecuatoriano me pregunto ¿Qué sucede cuando el uso de agua desmesurado es un tema de nuestra cultura?
Hace no mucho tiempo, en Ecuador y varias partes del mundo se llevaron a cabo festejos de carnaval. Fiesta que se celebra desde tiempos inmemorables y se le ha atribuido a la religión católica durante la época de la colonia, donde la celebración se realizaba con agua para purificar los cuerpos antes del comienzo de la cuaresma. Este manejo del agua aparece desde México hasta Chile, no obstante la celebración ha ido en constante evolución hasta la actualidad donde en la mayoría de países latinos se ha reemplazado el juego de agua con desfiles de disfraces, carros alegóricos y danzas típicas de cada nación. En las culturas andinas el uso de agua y el carnaval tienen un significado diferente.
En Ecuador la celebración del carnaval está asociada a las lluvias del mes de febrero, en el cual los indígenas tanto del norte como del sur del país iniciaban sus labores de siembra. Debido a sus creencias religiosas donde había una íntima conexión con los elementos del universo agua, tierra, aire y fuego, este periodo meteorológico unía el agua y la tierra para posteriormente beneficiarse de la cosecha de los frutos que alimentarían a sus pueblos. Durante este tiempo las comunidades se enfrentaban utilizando agua hasta llegar a un lugar sagrado donde se creía que el ganador sería favorecido por los dioses; es por esta razón que se creó un personaje mítico llamado el “Taita Carnaval” quien era elegido por la comunidad para agasajarlo con licor y comida, mientras ocurrían los enfrentamientos.
En este punto, se entendía al carnaval como un festejo a la unión del agua y la tierra para producir recursos de subsistencia alimenticia para el pueblo. Sin embargo, debido a la introducción de nuevas culturas a lo largo de la historia en el país se adoptó el carnaval como un simple juego de enfrentamientos con agua alejándose de su significado original y muchas veces causando agresiones a los individuos, dando como resultado la primera prohibición del juego con agua por parte del Congreso en el año 1868. Teniendo en cuenta el origen cultural y la coyuntura actual de ahorro de agua se puede trabajar desde la educación y la comprensión ancestral de las fiestas para fomentar una verdadera fiesta del agua involucrando danzas, comida y bebidas típicas, considerando que el recurso hídrico incide altamente en las actividades de supervivencia de la población del país así como en su desarrollo económico y social.
Es importante concienciar a la población desde la sabiduría de la cultura propia para generar cambios positivos y poder priorizar la gestión del recurso hídrico en todo el territorio teniendo como objetivo principal la conservación y uso eficiente de la fuente que nos da la vida.
Acerca del autor
Lorena tiene amplia experiencia en temas de sostenibilidad ambiental, ha realizado proyectos dentro de Green Wise relacionados a huella de carbono y compensaciones. Ha elaborado también varias medidas de mitigación y reducción de impactos para varias empresas del sector de la construcción e industria química. Ha participado en proyectos de regularización ambiental para la empresa pública y privada. Ha elaborado estudios de emisiones provenientes del transporte urbano en Escocia y estudios comparativos para determinar opciones de mejora. También ha realizado estudios para la evaluación de pasivos ambientales en la zona amazónica.